¿No puedes decirle no a una canasta llena de papas fritas?
¿No tienes tiempo y has decidido comer alimentos enlatados? ¿Se te va la mano
con la sal en la cocina? ¡Mucho cuidado! La sal puede afectar tu salud cardiovascular
en menos tiempo del que pensabas. La sal se encuentra naturalmente en los
alimentos frescos, mientras que muchas comidas procesadas tienen sodio
agregado, muchas veces en grandes cantidades, como los embutidos, las salsas y
las sopas preparadas, así como los cubitos de caldo que se utilizan para
hacerlas en casa. Y como nada en exceso es bueno, cuando abusas de ella, la sal
puede provocar hipertensión (presión sanguínea alta) y con ella otro tipo de
enfermedades que afectan a tu corazón. Varios estudios asocian a los problemas
del corazón con el consumo de este mineral. Incluso, una investigación que se
dio a conocer recientemente demuestra claramente cómo la comida procesada muy
salada, como los bocadillos (conocidos como snacks en inglés), modifica el
funcionamiento de los vasos sanguíneos en cuestión de ¡30 minutos!
Específicamente, un grupo de científicos en Australia detectó cómo estos
alimentos deterioran rápidamente la capacidad de dilatación de las venas, aún
en personas con presión arterial normal. Y si bien este efecto desaparece a las
pocas horas, se desconoce cómo puede afectar a largo plazo.
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